La voz pasiva refleja en el discurso jurídicos: usos y límites

La redacción jurídica tiene sus propias estructuras. Una de ellas es la voz pasiva refleja. Frases como «Se dictó sentencia», «Se resolvió el recurso» o «Se notificó a las partes». La pasiva refleja en textos jurídicos aparecen constantemente en resoluciones, contratos y dictámenes. Diferente de la voz pasiva perifrástica, presente en «notifíquese». Pero ¿es siempre conveniente usarla? En este artículo vamos a analizar qué es la voz pasiva refleja, cuándo se justifica su uso en textos legales y en qué casos puede resultar ambigua o innecesaria.

¿Qué es la pasiva refleja?

La voz pasiva refleja es una construcción del español que utiliza el pronombre «se» seguido de un verbo en tercera persona, y que en muchos casos permite omitir el agente de la acción. Por ejemplo: «Se dictó sentencia» (sin decir explícitamente quién la dictó).

Se diferencia de la pasiva tradicional («La sentencia fue dictada por el juez») en que el agente queda oculto o se considera irrelevante. En el lenguaje jurídico, esta forma tiene una función muy clara: centrar la atención en el acto jurídico en sí y no en la persona que lo ejecuta.

Usos justificados en el lenguaje jurídico

La pasiva refleja es especialmente útil en contextos donde:

  • Lo importante es el hecho jurídico más que su autor: «Se dictó sentencia», «Se inició el proceso», «Se corrió traslado».
  • Existe una impersonalidad institucional: en lugar de decir «El juez resolvió…», se usa «Se resolvió…» para mantener neutralidad.
  • Prevalece la economía del lenguaje en textos que deben ser breves y objetivos.
  • El agente está implícito por el contexto y no es necesario repetirlo.

En esos casos, la voz pasiva refleja en textos jurídicos es adecuada, funcional y está bien aceptada tanto en la teoría como en la práctica profesional.

Cuándo puede volverse un problema

El exceso de pasivas refleja puede generar textos jurídicos:

  • Demasiado impersonales, lo que dificulta entender quién hace qué.
  • Redundantes o confusos, especialmente si hay muchas acciones en una misma oración: «Se notificó, se adjuntó, se recibió, se procedió…»
  • Ambiguos: en casos donde puede haber varios sujetos posibles, no aclarar el agente puede ser un error.

También hay situaciones en las que usar una estructura activa mejora la claridad sin perder formalidad. Por ejemplo, en vez de «Se adjunta copia», podría decirse «Adjunto copia» (en escritos), o «El juzgado adjunta copia» (en comunicaciones institucionales).

Recomendaciones de uso

  • Usá la pasiva refleja cuando el sujeto sea evidente o irrelevante.
  • Evitála cuando haya riesgo de ambigüedad o si el texto pierde claridad.
  • No la uses por inercia: evaluá si una forma activa aporta más información.
  • Alterná estructuras para lograr un texto más legible y natural.

Conclusión

La voz pasiva refleja cumple una función específica en el discurso jurídico y, bien utilizada, puede mejorar la precisión y el estilo institucional. Pero como toda herramienta lingüística, conviene usarla con criterio. Saber cuándo usarla y cuándo evitarla es parte de escribir con intención, claridad y profesionalismo en el ámbito legal.

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